¿Sólo o acompañado? Es una gran pregunta que algunos emprendedores se realizan al momento de iniciar su camino en el mundo de los negocios.
1- TODO POR ESCRITO: un contrato formal debe ser la base sobre la
cual se acuerde y pacten las generalidades y particularidades de esta relación
societaria. Específica en qué y cómo se compromete cada socio. Y sobre todo,
deja por escrito qué pasaría en caso de desacuerdo o en caso de fin de la
empresa.
2- BUSCA UN SOCIO COMPROMETIDO A TU MISMO NIVEL: alguien que vaya en tu misma línea, alineado
con tus valores y que te complemente. Es casi como un matrimonio, porque debes
de confiar en el/ella y perseguir juntos un proyecto en común.
Un
buen emprendedor sabe que es mejor sólo que mal acompañado.
3- PREVIA EXISTENCIA DE RELACIÓN CON EL SOCIO: Si has tenido una relación de sociedad y ha
sido positiva, es más fácil entablar otra con menor probabilidad a riesgos de
fracaso. Sin embargo, si este posible socio no ha tenido ninguna relación
semejante contigo o con terceros, es recomendable averiguar previamente la
solvencia y/o situación profesional, laboral o experiencia en el mundo del
emprendimiento.
Toma el tiempo que sea necesario, ya que esta es una decisión que no se
debe tomar a la ligera ni con el primero que se te cruce en el camino.
Ojo, no busques un socio por miedo a emprender o
por no aguantar la presión solo.
¿prefieres emprender sólo o acompañado? ¿y por qué?
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