Una de las preguntas más
frecuentes entre quienes deciden emprender es cómo lograr que lo personal y lo
profesional no afecte la relación cuando trabaja con la pareja o algún otro
familiar. La situación puede llegar a un punto muy complicado si las reglas del
juego no quedan claras desde el inicio.
1. Separa lo personal de lo profesional
Infortunadamente este es el talón de Aquiles de muchos emprendedores. Lo
ideal es que aprendas a diferenciar cuál es tu papel como compañera de labores
o como jefe y cuál es tu rol siendo madre, esposa, hija o hermana. En otras
palabras: que el trabajo se quede en el trabajo. Así
lograrás tener una verdadera relación familiar cuando no estés en horas
laborales. Si discutes en el ámbito profesional, procura que eso no afecte el
terreno personal. Un buen ejercicio es pensar que estás teniendo
diferencias con tu socio o socia y no con tu esposo. Sabemos
que no es sencillo, pero es muy necesario.
2. Pon unas normas
claras
Este punto siempre será fundamental que lo tengas claro con cualquier
tipo de socio o empleado. Y es precisamente por esto que es aún más importante
que lo hagas cuando emprendes de la mano de un familiar. Esto incluye que ambos conozcan con claridad las normas de
trabajo, los deberes, derechos y compromisos profesionales que le corresponde a
cada uno.
3. Trabaja en la
comunicación
Una vez más, este punto también es clave para todo tipo de
emprendimiento y, en el caso de quienes emprenden en familia, hay mucho en
juego. Por esta razón, es fundamental una comunicación clara. Lo importante es no tomarse nada personal y comprender que todo lo
que se diga en la oficina es de carácter profesional. De ahí
que sea imprescindible que no elijas callar cuando tengas alguna apreciación
con respecto a algo que te parezca mal o te parezca bien.
4. Gestiona tu
asertividad
Este punto va muy de la mano con el anterior. Debes
tener la capacidad de decir no sin sentir culpabilidad o de
informar sobre algo que no anda bien en el desempeño de tu familiar. Necesitas
trabajar en tu asertividad para saber poner y aprender a respetar los límites y
horarios, al igual que para dar a conocer tu opinión sin juzgar y sin ser
agresivo. Puede que sea necesario que leas y te informes sobre inteligencia
emocional o el trato oportuno con personas de carácter fuerte.
5. Cuida tu
relación
Si bien es cierto que cuando emprendes, tu vida cambia por completo y va
más allá de trabajar cumplidamente 8 horas diarias, tal como lo harías siendo
empleada; debes tener en cuenta que en la vida no todo
es trabajo y necesitas cuidar de las relaciones que tienes fuera de él. Y
en este aspecto es necesario hacer especial énfasis si te encuentras formando
un negocio con tu pareja. ¿Trabajas en casa? Establece
una zona única para tus labores. Puede ser un estudio o un cuarto. Acuerda
con tu pareja los horarios laborales y evita al máximo abordar temas
profesionales cuando estés por fuera de ellos. ¡Diviértete!
Si no eres capaz de
desconectarte de tus responsabilidades y no alimentas tu vida sentimental, en
algún momento llegarán el aburrimiento, el estrés y la monotonía.
Sabemos que emprender con tu familia o amigos puede llegar a ser muy
divertido, pero también un poco complicado cuando se trata de separar las
frustraciones y diferencias laborales de las personales. Haz de cuenta que cambias de ropa cada vez que terminas
tu jornada. Puede sonar difícil, pero es posible y
necesario.
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