Todos queremos ser personas exitosas, alcanzar nuestras metas y sueños. Para lograrlo, procuramos prepararnos estudiando mucho y trabajando duro, como nos enseñaron teníamos que hacer para llegar a la cima. Sin embargo, lo que no nos dicen es que somos el resultado de nuestros hábitos, y que algunos de estos pueden ser dañinos y convertirse en verdaderos obstáculos en nuestro camino al éxito.
1-Decir
“Sí” a todo
Dicen
que una de las cosas que se aprenden después de los 40 es a decir
“No”. Sin embargo, para los emprendedores jóvenes de hoy constituye
un factor clave aprender a dejar de decir “Sí”, porque expresa ante todo la
dificultad para expresar la negativa cuando es necesario hacerlo.
Investigaciones recientes de la Universidad de California muestran que las
dificultades para decir “no” pueden producir cansancio mental, estrés y
depresión. Aprende a decir
"no".
2-La
indecisión
Muchos
autores afirman que no tenemos tantos problemas como decisiones que tomar.
Siempre tenemos el poder de elegir entre distintas posibilidades donde son las
decisiones las que tienen el protagonismo. Así, nuestras circunstancias de
vida, sus acontecimientos y cambios, no son el resultado fatal de eventos
externos sino de nuestras elecciones, en las cuales decidimos como interpretar
y cómo enfrentar eso que nos pasa. En fin, detrás de cada éxito resonante hay una decisión
tomada con determinación.
3.
No planificar
Lograr
cualquier cosa en la vida requiere básicamente de tres cosas: definir el objetivo, hacer un plan y lanzarse
a la acción. Al disponer de una guía sistemática para las
actividades, podrás ordenar mejor tus pensamientos y dirigir mejor tu energía.
Desde las tareas más sencillas hasta las más complejas, pasando por aquellas
rutinarias que son como el protocolo diario, la hoja de ruta siempre es un buen
aliado.
4.
La procrastinación
Posiblemente
este sea el enemigo número uno de los emprendedores. Definido el objetivo y
elaborado el plan, resta la ejecución, las acciones que te acercarán a tu meta.
Sobre esto, es bien conocido el dicho: no dejes para mañana lo que puedes hacer
hoy. Procrastinar, sería lo contrario: mejor dejo para mañana lo que puedo
hacer hoy. Y de aquí a la holgazanería no hay mucha distancia. No puede haber excusas, no puedes posponer la
ejecución de las acciones.
5. Ser negativo
Otro hábito que las personas suelen exhibir, muchas
veces inconscientemente, es la negatividad. Pensamientos como “fracasará”,
“eso no es posible” o “no se puede”, deben ser desterrados de tu mente. Entre
los hábitos dañinos, este rivaliza con la procrastinación por el primer lugar
entre los más tóxicos para el emprendedor. Si identificas este rasgo en ti, tal
vez sea el mejor momento para convertirte en una persona optimista.
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