La
mexicana Adriana Macías, auténtica rompedora de paradigmas y mujer apasionada,
a pesar de los obstáculos que le impuso la vida. Es empresaria, abogada y actriz
sin brazos, le sobran alas para conquistar sus sueños.
Adriana
nació rodeada de personas que tienen todas las partes de su cuerpo como
herramientas para realizar cualquier cosa en la vida. Confiesa que, de niña,
sintió gran miedo. No por el hecho de que le faltaran los brazos, sino por no
poder llegar a realizar todos los sueños que había imaginado.
Sus propias condiciones le hicieron “cambiar el chip” y
descubrir su destino de vida. Estudiar una carrera o un oficio solo tiene
sentido si encuentras una finalidad de abundancia para aportar algo al mundo,
servir a los que te rodean. Como la propia Adriana dice, “dejar a las personas
mejor de como las conociste”.
Con
una habilidad impresionante en sus pies, utilizándolos como manos, Adriana
estudió Derecho, aunque no ha llegado a ejercer como abogada. No ha tenido
tiempo en los más de 20 años que lleva como conferencista.
Somos
energía y eso es lo que exudamos, sea amor, miedo o violencia. Si trabajamos
con nuestra energía, pensamientos y emociones, podemos superar situaciones
aparentemente imposibles.
Los
seres humanos estamos en constante crecimiento y aprendizaje, un concepto que a
veces olvidamos cuando el límite implica un gran esfuerzo. La perseverancia y
el control de las emociones —para evitar frustrarnos y enojarnos— son claves
para seguir hacia adelante. Para que una persona con capacidades diferentes,
como le sucede a Adriana —por la ausencia de extremidades—, pueda transformar
su vida y demostrar al mundo que el amor, la actitud y la esperanza nos harán
alcanzar nuestros sueños.
¿Qué
pasaría si lo hiciera? ¿Qué te impide hacerlo… qué te estás diciendo? ¡EMPRENDE
TU IDEA!
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