¡Romper paradigmas es cambiar lo que puede y debe ser cambiado! ¿Qué hay de malo en una buena carcajada, aunque provenga de la autoridad religiosa más importante del mundo? ¿Qué pensamiento ético o estético sustenta la costumbre de esconder la felicidad? ¡Ninguno! Cuando rompemos paradigmas, vencemos temores, definimos nuevos caminos y nos alejamos de la rutina personal, social o laboral. Para hacerlo, debemos confiar en nosotros mismos y ser apasionados.
Los seres humanos, por lo general, somos adictos a los hábitos; reverenciamos —en ocasiones, hasta lo irracional— costumbres y tradiciones que solo sirven para frenar la creatividad y obstaculizar el desarrollo. Lamentablemente, a veces creamos y promovemos algunas rutinas perjudiciales, y luego sufrimos sus secuelas negativas.
Una experiencia
nada saludable —por ejemplo, un accidente de tránsito— puede provocar patrones
de conducta guiados por el temor. Es muy probable que, en lo adelante, temamos
subirnos de nuevo a un auto. Si no nos reponemos, alimentamos ese hábito nacido
del miedo.
¿Cómo luchar contra los temores? ¿Hasta dónde respetar hábitos y tradiciones? ¿Cómo convertir experiencias negativas en positivas? ¿Cómo romper paradigmas? ¡Tú puedes! Vive la vida que siempre has querido vivir. ¡EMPRENDE TU IDEA!
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